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Los niños pueden poner a prueba sus habilidades al cargar el coche en el lanzador en forma de barco, y luego hacer acrobacias en las olas mientras intentan evitar que se los coma el Robo Shark.
Si los coches Color Shifter de Hot Wheels del niño aterrizan en las fauces del Robo Shark, cambian de color dentro del estómago abre las mandíbulas del monstruo y reinícialo para volver a intentarlo.
Se puede conectar a otras pistas de Hot Wheels (se venden por separado) para disfrutar de posibilidades infinitas.